martes, 30 de diciembre de 2008

Los Primeros Meses (2da Parte)

Pasaron los días, yo no había encontrado ningún trabajo pero junto con C nos matriculamos para el segundo ciclo de nuestra carrera. Aún no había contado nada a nadie, quería preparar el terreno o mejor dicho, quería llenarme de valor para contarles a mis papás.

Entonces el día llegó. Decidí no hablar directamente con mis papás pues no tenía el coraje suficiente y fui débil, por eso escribí una carta para mi mamá en una hoja de mi cuaderno de estudios.
Esta pequeña misiva comenzaba así:

Viejita linda, te sorprenderá que te escriba esta carta pues aún no es el día de la madre ni tu cumpleaños. La verdad es que tengo un problema y ya no puedo callar más esto. Mamá C está embarazada, tiene tres semanas de embarazo, ya se hizo todas las pruebas y salió positivo en todo. Perdóname mamá.

Me pasé como dos horas escribiendo la carta. Incluso mi mamá me vio hacerla pero yo le decía que era un trabajo de la universidad. Me sentí fatal por ser tan cobarde.

Al día siguiente luego de cambiarme y desayunar para irme a estudiar dejé la carta en la cama de mi mamá aprovechando que ella no estaba en su cuarto, cogí mis cosas y me fui al paradero a recoger a C para irnos juntos a estudiar.

Me acuerdo muy bien esta parte de la historia. Estaba en clase de Teoría de la Comunicación II, sentado atrás, escuchando a la profesora que explicaba unas teorías de un par de locos. Yo me sentaba detrás de C y junto a mis mejores amigos de la universidad, un gordo que hablaba tonterias y un flaco con cara de mago. Eran casi las 10 de la mañana y sentí como un hincón en el corazón y me puse triste de la nada. Lo único que me vino a la cabeza fue pensar en mi mamá y le dije a C: ya lo leyó.

Luego de sentir ese dolor no quede igual durante el día, sentía mucha pena, me sentí muy mal. Ya eran la 1 de la tarde y tenía que regresar a mi casa. C antes de despedirse me dijo: anda tranquilo mi amor, todo va estar bien. Esas palabras me trajeron algo de paz y me ayudaron mucho.

Tras caminar las tres cuadras que separan la casa de C con la mía, abrí la puerta de mi casa y encontré a mi mamá. Estaba sola sentada viendo televisión. Entonces, ella voltea, me mira, corre a mí, me abraza y se pone a llorar diciéndome: Hijo, mi pequeño, todo está bien, no te preocupes que yo te voy a ayudar en todo. En ese momento me quebré. Todo lo que sentía salio por mis ojos. Lloré como si recién naciera mientras mi mama me abrazaba con ese amor, ese amor que Dios le regaló a la mujer para amar.



Pasaron 10 minutos, nos separamos y me sirvió mi almuerzo. Esa tarde conversamos mucho, creo que fui la primera vez que conversaba tanto con mi mamá. Ella se alegró mucho, se sentía feliz por que iba a ser abuela, su primera nieta. Ahora tenía que contarles a mi papá y mi hermano.

Ese mismo día cuando llegó mi hermano de trabajar le contamos, se quedo helado, él es mayor por 7 años, entonces me metió un lapo en la cabeza y me dijo: Bien pelao, seré tío y tan joven, carajo que bien.

Me sentía feliz, nunca pensé que mi familia reaccionaría así. Con mi papá tan bien fue igual. Mi viejo me dijo que me iba a apoyar en todo, sobre todo con el estudio.

Después de esto, comenzamos con C a sentir como la tormenta estaba acabando, su relación con sus papas estaba mejor y yo con lo míos también.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Los primeros meses (1ra Parte)

Los primeros meses fueron toda una carrera contra la corriente, como dicen algunas personas, durante este tiempo tratas de sobrevivir a la infinidad de regaños y reproches que escuchas por supuestamente “haber fregado tu vida”.

En casa de C. la bomba había explotado. Para sus padres fue un golpe muy duro que no esperaban. Me sentí culpable pues la relación con su hija se desquebrajó por un tiempo. C estaba destrozada lloraba mucho y solo nos veíamos a escondidas.

En mi casa yo aún no le contaba nada a mi familia, fui un cobarde, se lo escondí por más de dos semanas por temor a destrozar a mi madre. Por eso decidí contarle después de encontrar algún trabajo.

Entonces comencé la búsqueda. Primero me rapé el cabello y salí muy temprano a caminar por las calles de mi distrito (Chorrillos). Inicié mi recorrido por todo Cedros de villa, en donde encontré una chifa donde necesitaban un ayudante de cocina. Me entrevistó un señor con cara de mafioso, llamado Alex.

-Mira tengo un puesto para que ayudes a los otros muchachos en la cocina, te interesa?.
-Claro, pero como es el horario y la forma de pago.
-Acá se trabaja desde las 9 a.m. hasta las 11 a.m, seis días a la semana, y te pagamos 80 soles semanales.

En ese momento pensé: Chino explotador todavía que haces plata en mi país nos explotas. Ojala quiebre tu negocio por abusivo.


- Ok, y cuando empezaría.
- Mañana vienes a las 8 y tocas la reja. Tienes DNI?
- No solo tengo boleta.
- Bueno no importa.

Luego de estrecharle la mano salí corriendo. Ese chino estaba loco, nunca iba a regresar, de esa manera no me gustaría ser explotado, con razón todos los chifas siempre necesitan ayudantes, pobres muchachos, como se aprovechan de nuestra necesidad. Entonces paré una couster y me fui directo a la avenida huaylas. Una vez ahí recorrí desde la av. Mexico hasta Alfonso Ugarte, unas diez cuadras sin éxito alguno.

Demonios, pensé, no hay trabajo, este país esta fregado. Y regresé a mi casa. Una vez en mi cama, agarre el teléfono y le conté a C que no había encontrado nada y acordamos para vernos en la noche a escondidas.

Eran las 7, entonces C me llamó y fui a su casa. Luego de meterme sin que nadie me vea, la abrazé y la besé. Te extraño mucho, le dije. Ella solo me abrazaba fuerte, entonces baje mi mano y sobe su panza, aún ni se notaba, pero sabía que ahí estaba un pedacito de mí y de C, fruto de nuestro amor juvenil y alocado.
-Hoy me fue mal, no encontré nada, solo un chino explotador, le dije.
-no te preocupes vas a ver que encontrarás algo.
-Si pero tengo que hacerlo rápido si no como vamos hacer con los gastos. Y cómo está tu relación con tus papas.
-Hoy hable con mi mamá, ella esta más tranquila y me dijo que me va a apoyar en todo, y que más bien, tú te matricules para que sigas estudiando, eso sí ella quiere que sigamos estudiando y que por ahora puede cubrir los gastos de los primeros meses hasta que encuentres un buen trabajo.

Luego de esas palabras, agradecí a Dios: “Señor eres grande”.

-Que bien, mi suegra es un amor C. tu mamá es lo máximo. Y los dos sonreímos.

Entonces me pregunta: - Y tú cuándo le vas a contar a tu mama.

En ese momento callé y solo atiné a decir: Pronto mi amor, Pronto.

Continuará…………………………………

miércoles, 3 de diciembre de 2008

El Inicio

El 12 de julio del 2006, mi vida dio un giro, ese día me enteré que iba a ser papá, apenas tenía 17 años y claudia (C) mi enamorada también. Los dos estábamos estudiando periodismo y recién acabábamos el primer ciclo de la universidad.

Ese día, muy temprano C me llamó al celular para decirme que tenía un atraso de dos semanas, preocupados quedamos en encontrarnos para ir juntos a comprar el test del embarazo y salir de las dudas. Subí a mi bicicleta y fui directo a su casa a recogerla. Manejamos media hora hasta llegar a la farmacia, entonces bajé y con los nervios de punta ingresé a esta botica que olía raro, toqué la vitrina y una señora regordete me atendió, pedí el test de 5 soles y me fui raudo.

Al llegar a casa, quedamos en hacer la prueba por la tarde, eran las 11 de la mañana, entonces deje a C en su casa y me fui a la mía. Luego de una hora recibo una llamada, era Claudia quien llorando me decía “Positivo, rommel salió positivo”. En ese instante mi corazón comenzó a latir más fuerte, parecía que iba a sufrir de un paro, mi alma salió de mi cuerpo y todo en mí se heló.

Estas segura? Le pregunté.
Sí me lo acabo de hacer y salieron las dos rayitas, me respondió sollozando. Tengo miedo agregó.

Yo solo atiné a decir dos palabras: Ven, rápido. Y colgué.

Durante los 10 minutos que se demoró en ir a mi casa, entre en un cuadro de desesperación, no sabía qué hacer, qué decir, mis estudios, mi vida, cómo le digo a mis padres, cómo les digo a sus padres, qué voy hacer, solo tengo 17 años, acabo de terminar el colegio y voy a ser papá. No lo podía creer.

Sonó el timbre, salté de mi cama y corrí hacia la puerta. Apenas abrí la abrasé y juntos lloramos, claudia estaba mal, y yo me sentía culpable, nos abrazamos y nos besamos.

Entonces me dijo: Ahora que hacemos, mi papá me va a votar de la casa, no me a perdonar esto.

Le respondí: tranquila mi amor, ya verás que salimos de esta. Hay que tenerlo no quiero plantearte que abortes. Quiero tener al bebe.

- Yo también, va a ser bonito o bonita, vamos a tener un hijo y sonrió.
- Si mi amor, vas a ver que tendrá tus ojitos chinitos.

Era sorprendente, lo que estábamos diciendo, nos sentíamos felices, era una felicidad extraña, muchas personas piensan inmediatamente en abortar, pero nosotros con solo 17 años nos unimos más, esa bebe era aunque no planeada, muy esperada.

En ese momento cambio mi vida, en ese momento amé más a claudia, ese día fue maravilloso y aunque sabíamos todo lo que venía supimos enfrentarlo. Iba a ser papá y me sentía feliz.